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jueves, 29 de mayo de 2008

¿Hay alguien ahí?

¿Hay alguien ahí?
Venga..., en serio. No me deis esos sustos.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

AdVersos

"Me diste una llave
que abre todas las puertas.
¡Desdichada de mí!
¿Cómo sabré cuál da paso a tu presencia?

AdVersos

- Disfruta de la vida -me dijiste.
- ¿De esta o de la otra? -pregunté.

Y tú me sonreíste.

AdVersos

"A la tarde un mensajero
trajo a casa tu regalo.
Me encantó y escribí una nota:
'Esta noche en el jardín'.
La pasé en vela anhelándote.

Al alba regresé a casa, aterida por el frío.
Un billete de tu parte me esperaba:
"Yo estaba en el regalo.
Tú, ¿dónde estabas?"

lunes, 6 de agosto de 2007

[ContraElCierre]

... que si el criterio de verdad en una identidad sintética sistemática es la confluencia de diversos cursos operatorios, entonces, si dos cursos operatorios geométricos confluyen, conformarán una identidad sintética sistemática, es decir, serán verdad (ejemplo de TCC, vol. 1; pg. 168); pero, ¿no son verdaderos, acaso, ya antes de la confluencia? La axiomática geométrica escogida por el sujeto operatorio es la que hace posibles dichos cursos operatorios.
Luego, ¿qué tipo de verdad surgirá de la confluencia de cursos operatorios que añada algo a los criterios de verdad asentados por la axiomática escogida?
Por lo tanto, ¿en qué casos se podría suprimir realmente el sujeto operatorio?
Quizá no tenga que ver con la confluencia de cursos operatorios diversos, sino con eso que ocurre, por ejemplo, en el teorema de Gödel. En él, se prueba la verdad de los axiomas de la aritmética (los fundamentos de las relaciones y definiciones de los números) y, al mismo tiempo, se prueba la imposibilidad de su demostración (lo que nos conduce, curiosamente, a las exigencias aristotélicas para los primeros principios).
La aritmética es crucial, porque ella es la clave (evidentemente) para la cuantificación de las cualidades: es decir, reducir éstas a números, a cantidades.
¿Puede ser otra cosa la verdad científica que la cuantificación de las cualidades y los desarrollos demostrativos que ésta permite?

domingo, 29 de julio de 2007

GREENE: OntologíaDeLaRelación

'En capítulos anteriores seguíamos el péndulo de la opinión mientras oscilaba entre las posiciones relacionista y absolutista sobre el espacio, el tiempo y el espacio-tiempo. Preguntábamos: ¿es el espacio un algo o no lo es? ¿Es el espacio-tiempo un algo o no lo es? Y, a lo largo de algunos siglos de reflexión encontramos opiniones diferentes. Yo creo que una unión independiente del fondo, confirmada experimentalmente, entre la relatividad general y la mecánica cuántica daría una solución satisfactoria a esta cuestión. En virtud de la independencia del fondo, los ingredientes de la teoría podrían guardar alguna relación entre sí, pero con la ausencia de un espacio-tiempo que esté introducido de entrada en la teoría no habría ningún escenario de fondo en el que estuvieran inmersos. Sólo importarían las relaciones mutuas, una solución en el espíritu de los relacionistas como Leibniz y Mach. Luego, a medida que los ingredientes de la teoría -sean cuerdas, branas, lazos o alguna otra cosa descubierta en el curso de la investigación futura- se fusionen para producir un espacio-tiempo familiar a gran escala (ya sea nuestro espacio-tiempo real o ejemplos hipotéticos útiles para experimentos mentales), su ser 'algo' se recuperaría, igual que en nuestra anterior discusión de la relatividad general: en un espacio-tiempo infinito, plano, por lo demás vacío (uno de los ejemplos hipotéticos útiles), el agua en el cubo giratorio de Newton adoptaría una forma cóncava. El punto esencial sería que la distinción entre espacio-tiempo y entidades materiales más tangibles se evaporaría a medida que ambos emergieran de agregados adecuados de ingredientes más básicos en una teoría que es fundamentalmente relacional, sin espacio y sin tiempo. Si es así como sucede, Leibniz, Newton, Mach y Einstein podrían reclamar una parte de la victoria.'

El tejido del cosmos, de Brian Greene, 2004; la traducción española es de 2006, en Drakontos; pg. 619.

SUSSKIND: ElPrincipioAntrópico

'¿Hasta qué punto debemos tomar en serio esta colección de felices coincidencias? ¿Realmente constituyen un alegato a favor de algún tipo de principio antrópico? Mi sensación es que son muy convincentes, pero no tan convincentes como para haberme empujado a rebasar el punto crítico y abrazar una explicación antrópica. Ninguna de estas afortunadas casualidades, con la excepción de la extraordinaria debilidad de la gravedad, implica una precisión extraordinariamente alta (precisión con muchas cifras decimales) en el ajuste fino. E incluso la debilidad de la gravedad tiene una posible explicación que apela a la magia de la supersimetría. En conjunto, estas coincidencias parecen un racimo poco probable de accidentes pero, después de todo, los accidentes ocurren.
Sin embargo, la pequeñez de la constante cosmológica es otro cantar. Es prácticamente seguro que el que sean cero las 119 primeras cifras decimales de la energía del vacío no es un accidente. Pero no es sólo que la constante cosmológica sea muy pequeña. Si hubiera sido aún más pequeña que eso, si hubiera seguido siendo cero dentro del nivel de precisión actual, se podría haber llegado a creer que un desconocido principio matemático haría que fuera exactamente cero. Lo que nos cayó como la losa proverbial fue el hecho de que en la cifra decimal 120 la respuesta no era cero. Ninguna magia matemática aún desconocida va a explicar eso.
Pero, para mí, ni siquiera la constante cosmológica habría sido suficiente para inclinar la balanza. Para mí el punto decisivo vino con el descubrimiento del inmediato paisaje al que parece obligarnos la teoría de cuerdas.'

El paisaje cósmico, de Leonard Susskind; 2006; la traducción española, de este mismo año, la podéis encontrar en la serie Drakontos; pg. 216. El autor es catedrático de Física Teórica en la Universidad de Stanford y es considerado uno de los padres de la teoría de cuerdas (la 'teoría de moda' en la Física teórica actual).
Este libro está catalogado como absolutamente excepcional, por la Ilustre Academia de Trajines Xacintianos.

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