lunes, 11 de junio de 2007

Korolev

"Tras liberarse del arnés, Korolev ejecutó un ensayado puntapié que le catapultó hasta el cubículo del sanitario. Se quitó el gastado mono de trabajo, se ciñó los riñones en la silla-retrete y barrió el vapor condensado en el espejo de acero. La mano artrítica se le había vuelto a hinchar durante el sueño; la muñeca descalcificada parecía un hueso de pájaro. Habían pasado 20 años desde su último encuentro con la gravedad; había envejecido en órbita". GIBSON: Quemando Cromo. "EstrellaRoja, ÓrbitaDeInvierno". Pág.102. Minotauro.

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